http://www.youtube.com/watch?v=uPNnZ3DSDdk
La hambruna dicen de proporciones bíblicas.
Fijaos si llevamos tiempo los humanos siendo desgraciados.
Aunque no todos, muchos nos vamos a ir de rositas.
Antes, las desgracias las mandaban dioses invisibles buenos,
pero enfadados -los dioses se enfadan- y poder así atronar
las conciencias y vengarse de los humanos.
Y eso que los dioses existen para que nos queramos entre
ellos y nosotros mucho, a pesar de que no nos conocemos
ni nos han presentado. Pero la cosa de las convicciones es así.
Antes, las desgracias las mandaban dioses invisibles buenos,
pero enfadados -los dioses se enfadan- y poder así atronar
las conciencias y vengarse de los humanos.
Y eso que los dioses existen para que nos queramos entre
ellos y nosotros mucho, a pesar de que no nos conocemos
ni nos han presentado. Pero la cosa de las convicciones es así.
Ahora, sabemos que las desgracias han venido solas, que son
el resultado de un experimento estúpido, cruel y fallido llamado
vida. Qué le vamos a hacer. La gente se muere sola, que no hay que
buscar más explicación. Desamparados, desesperados, la Tierra
se libera de los más abandonados y, mientras, las convicciones
proliferan, se fuman en pipas de los sueños y dan billetes a la cartera.
Siempre ciegas a la realidad tozuda que impera, siempre
justificadoras, que ya se os dará en un siguiente, que no hay
responsabilidad, atendamos ahora los negocios y los clientes.
el resultado de un experimento estúpido, cruel y fallido llamado
vida. Qué le vamos a hacer. La gente se muere sola, que no hay que
buscar más explicación. Desamparados, desesperados, la Tierra
se libera de los más abandonados y, mientras, las convicciones
proliferan, se fuman en pipas de los sueños y dan billetes a la cartera.
Siempre ciegas a la realidad tozuda que impera, siempre
justificadoras, que ya se os dará en un siguiente, que no hay
responsabilidad, atendamos ahora los negocios y los clientes.
No interesamos, no somos más allá que animales apresados
en un planeta de locos. Y no hay camisa de fuerza, ni loquero
avezado, para tanto loco y tanta locura.
en un planeta de locos. Y no hay camisa de fuerza, ni loquero
avezado, para tanto loco y tanta locura.
No hay indignación, repudio ni desprecio, reina la sumisión,
que se aplaude el diseño, y entre el temor y la confusión,
nos domina el río revuelto de conseguir un después.
que se aplaude el diseño, y entre el temor y la confusión,
nos domina el río revuelto de conseguir un después.
Que venimos dándole vueltas a lo mismo, que hay que
recoger dinero, que ya haremos una misa, en domingo.
recoger dinero, que ya haremos una misa, en domingo.
Nos saludamos, todos culpables, ninguno sincero,
todos vecinos en una ciudad llamada Estocolmo.
todos vecinos en una ciudad llamada Estocolmo.
Todos reclusos en una Tierra, sin dar con el carcelero.
Los dioses no pueden estar equivocados, y ellos no
ayudan, no ayudemos pues nosotros tampoco.
Pero somos los únicos que podemos paliar tan sólo
parte de estos dos infiernos: el mal invento que hemos recibido,
y el tormento que le hemos añadido.
Todo era sabido, todo se autorizó.
No olvidéis que detrás de cada locura siempre hay al menos un loco.
No perdonéis nunca todo lo que sabéis de la vida y ningún dios podrá
manteneros la mirada. Más si os quedan ganas de aleluyas, olvidasteis
la responsabilidad.
Sí, muy duro...

... no os quepa duda, lo es.

Ahora os propongo un juego. Consiste en encontrar las 1.000 diferencias.
¿Queréis seguir jugando unos siglos más?
Los dioses no pueden estar equivocados, y ellos no
ayudan, no ayudemos pues nosotros tampoco.
Pero somos los únicos que podemos paliar tan sólo
parte de estos dos infiernos: el mal invento que hemos recibido,
y el tormento que le hemos añadido.
Todo era sabido, todo se autorizó.
No olvidéis que detrás de cada locura siempre hay al menos un loco.
No perdonéis nunca todo lo que sabéis de la vida y ningún dios podrá
manteneros la mirada. Más si os quedan ganas de aleluyas, olvidasteis
la responsabilidad.
Sí, muy duro...

... no os quepa duda, lo es.

Ahora os propongo un juego. Consiste en encontrar las 1.000 diferencias.

¿Queréis seguir jugando unos siglos más?