jueves, 24 de noviembre de 2011

NEARDENTAL

Música para oir en una pestaña nueva                                                             
 http://www.youtube.com/watch?v=s2Uo5kcDpyg


Empuja la puerta
y entra, abre los
ojos y mira:
es la Tierra,
tu Universo;
eres primero en
saber de otros,  
y mal traje llevas
para ir de fiesta.
Ya había invitados,
y no te esperan,
mas van postrados,
y no te superan,
que tu mente 
se pliega, y da
muchas vueltas,
y vuelve 
consciente lo
inteligente.
No sé de dónde 
has salido,
ni cómo te han 
convencido,
mas todo será
un suspiro,
un malentendido;
que sé del futuro,
de otra estirpe
provengo, y
no sé cuándo,
ni cómo, 
a la vuestra no 
deja asiento.
Mas no quede
en broma vuestro 
alzado delirio,
seguro que no,
por lo sufrido.

Permita la música
el desagravio,
neardental, 
hermano,
demos las manos,
baila conmigo,
a la luz de un fuego,
parezca ancestral
el goce del nuevo 
ritmo, y en el no 
pudo ser de vuestro
reino, dejen algún 
rastro tus genes en 
los nuestros, y 
como estrellas
en los cuerpos,
os inmortalicen, 
sea cual sea
el ingenio,  que
ya nos igualará,
lo siguiente en
superar, si algo
queda o algo se da.
Que dos humanidades
vinieron, doble el fatal
experimento,
quede inexplicable
vuestro hueco,
y llene de dudas
al resto, que la
naturaleza y lo 
que se quiere cierto, 
si han de casar,
es retorciendo.
Cause estrago
el saber,  que
tarde llegó la
doctrina, que hubo
otro parecer, y no 
fue el ansiado uno, 
sino un impertinente
dos, el número de
especies en ser.








domingo, 20 de noviembre de 2011

MENDIGO

Música para oiir en una pestaña nueva. 
 https://www.youtube.com/watch?v=RuFFit7Ng6s#t=0

A ese hombre tendido,
que se cobija del frío,
que duerme solo en 
el suelo, que siempre
está sin amigos,
que anciano pasa
las noches, y nadie
comparte su vino.
A mi no me pase
tal cosa, que no soy 
descuidado, que tengo
posibles, educación,
que me he preparado.
¿No tuviste tiempo,
acaso no fuiste niño,
no corriste las calles
con otros niños,
no jugaste las fiestas,
no te cuidaron tus padres,
lloraste abrazado al 
amor de tu madre,
tuviste carencias,
no creciste con mimo? 
¿Cómo no te salvaste,
qué compañías,
por qué no seguiste 
consejos, qué mal
camino tomaste,
tal vez ser mendigo 
te guste, qué delirio 
presente es el que 
gobierna tu mente?
Mas cuantas preguntas,
si no le conozco,
si paso a su lado,
no es mi familia,
ni aunque lo fuera,
que no miro, que  
sigo de frente, que no 
me concierne, que es
extraterrestre, que hay
muchos como él, que
no quieren, les gusta
vivir como viven, o no
aceptan injerencias,
ya hay beneficencia.
Venid a mí las razones,
ocupad asiento,
todas me liberan,
qué más da, qué le
va a importar a nadie;
uno de tantos inviernos,
dos hombres se han
cruzado, uno es como es, 
y a mi nadie me ve;
hago como otros, 
quién reparará en ello.
No me persigan
remordimientos,
será fácil quitarlos,
a qué viene tanto
interés, sea más
fácil pedir por él,
a una entelequia,
o rezar una letanía
de las que atienden
lamentos, de las que 
exoneran al que pide,
mientras al otro
le tumba el viento.
Apáguese la luz,
durmamos bien los 
dos,  el mundo sigue,
que no está muerto,
celebremos que de dos, 
sólo uno es mendigo,
y no soy yo;
que la vida pasa,
que no es eternidad,
ni los males duran,
ninguna calamidad.
Pero no puedo dormir
y estar a lo que pienso,
la duda me atormenta,
que no le pregunté,
y no quise saber;
mas si puedo 
decirlo en sueños,
sabría él lo que quiero:
que anciano a mí,
cuando lo pida a él, 
la muerte nos lleve, 
le salve algún cielo, 
pueda compensarle, 
sin acompañarle,
y sea mi porvenir
siempre sueño,
que no necesito cielos,
que si me olvido de 
lo que sé,  ya viví 
uno de ellos.



martes, 15 de noviembre de 2011

HOLA

Música para oir en una pestaña nueva
 http://www.youtube.com/watch?v=5utT4rKgqMo


Seas quien seas,
a ti que te asomas,
allí donde estés,

y por muy lejos,
quieran llegar

mis versos;
conectes conmigo,
te guste lo que digo,
no sea obligación
mi tristeza,
mas he de decir
lo que siento,
o si no, miento.
Que soy escritor 

atrevido, nunca
he sido
 poeta,
ni avezado en 
estas cuentas;
no sé de estrofas,

ni leo otros poetas,
y es poco el tiempo
que llevo 
hablando 
a la nube, de una
larga tormenta.
Que pasando 
los días, se dio 
que quería contar
en prosa o poesía,
lo que no sé si
alguien decía;
y de esto no
presumo, 
que puede que
de lo que digo, 
nada interese,
no sea bello,
o que tal vez
repita lo que ya
otros dijeron;
no importa,
quede así pues, 
seamos amigos,
sin conocernos,
seamos vecinos,

sin distinguirnos,
tan distantes,
encontrados, 
tan distintos, al
presente citados.
Y no interese
mi imagen, ni
mi discutible 
talento, ni tan 
siquiera si hago
pronóstico cierto,
tan sólo lo que 
recite te llegue,
te cale, arrugue
tu frente,
indague el
intelecto, y
al ocupar 
tu tiempo,
sea suficiente,
tal vez mueva
sentimientos,

podamos llorar
lamentos,
vean otras luces
los pliegues del 
pensamiento,
y no sea errado
experimento;
si vano o yermo,
quede perdido
mi intento.
Somos parte
de un universo,
que no se deja

preguntar,
al paso que va no
dejar de arrumbar,
que pasa, que no le 
interesa, y deja las
penas dolientes,
pendientes;
no vean nuestros
ojos,  los hechos
uno tras de otro,
como si tal, que
si no 
podemos,
si no sabemos, 
al menos, no
nos dejemos,
tengámonos el
respeto,  que no

se ha querido dar, 
que todo devino
en cruel e irracional 
escarmiento;
valga este saludo,
de uno de esta
época, que no
es lo que escribe,
pero  sin duda
va dentro.
Y no es tarde, antes
no pudo ser, era otra
la inspiración,
no era mágico,
ni llegaba mi
momento.
Quede lo escrito,
vuele lo dicho,
que la poesía
existe, que 
alguien la escribió,
y en un blog la dejó;
por todos los siglos,
quede en paz este 
absurdo mundo, 
si puede, que
yo paz no quiero,
que sé lo que sé,
y no olvido, no puedo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

VIEJO (3)

Música  para oir en una pestaña nueva
Mírame un momento
y dímelo si es cierto:
De un tiempo a esta parte,
me asombran los espejos,
me mira un rostro incierto
surcado de presentes,
y letras que en la cara
me escriben en pasado,
que nunca se desdicen,

que con blancas nubes  
y blancos velos,
tampoco se sonríen,
que siempre me despiden;
y lo que no me cuentan,
de lo que no aparento,
dentro de mí lo siento,
y siempre me deja, viejo.
Que yo tenía planes
de vivir tu eternidad,
que no tuviera cabida
ninguna fatalidad,
y temo que lo que

ven mis ojos, no pueda
servirme ya;
que carezcan de interés
las cosas que te cuento,
que no sea atractivo

si pierdo mi talento;
y quiero seducirte
como en otro tiempo

que de caricias y flores
regalaba tu cuerpo;
mas sólo quedan huesos,
que noto como el frío
intenta hacerse amigo,
y todo me da miedo,
a qué va tanta prisa,  
del no saber si quiero.
Abrázame con fuerza,
que sienta tu misterio,
y no me sueltes nunca,
que de la mano te llevo,
que hay viajes nuevos,

de aquel aventurero
que quiere llevarte lejos,
a paraísos exóticos 
llegar siempre primeros;
y no sea una quimera
que sigan unidas las manos
aunque la muerte viera,
pueda ser mi verdad
que a tu lado me quieras, 
ser un viejo enamorado
que joven todavía sientas.
Séquense pues mis ojos,
encuentre final la espera,
vuelva hacia mí tu mirada,
halles respuesta en mi cara,
y asome o no la alegría,
asumido es el riesgo 
de echarte de menos;
por eso, sólo una vez más:
Dime mi amor, si es cierto.
             ***
(Ella)

Mírame, y te lo digo:
No tengas frio mi amor
que yo te abrazo,
no tengas miedo mi bien,
que yo lo espanto, 
que nada te haga olvidar
todas aquellas palabras,
todas aquellas promesas
que oiste en mi regazo,
que sigo enamorada,
y sigo apasionada,
que tú me importas,
y no cociernen los años.
No te asombren los espejos,
esconden los sentimientos,
que son pérfidos traidores,
y no pueden compensarte 
con lo que a ti te quiero;
que no hay nada que mirar
si la luz de los días y el
agua de lluvia ya vieron
que siendo el amor una flor,
y siendo tú el jardinero,
nunca existió otro jardín
que causara mi embeleso.
Llévame a los confines,
sé capitán de mi barco,
cuéntaselo a los delfines,
diles que nos abran paso,
y ven a mí,  cada día, deja 
que sea yo quien te cuente
secretos de la lejanía;
más de mil años tenemos, 
que me enseñaste a amar
más allá de los tiempos,
y no entendería mirar
otra cara en tu lugar, 
que llena la tuya está,
de surcos y letras míos.
Y no son los años ya,
los que te tienen perdido,
no te quiero contrariar,
pero por no querer olvidar
que mi vida ha pasado, 
que sola tu vida he dejado,
tus intentos de abrazar
son vanos, pues quedas
solo en mi hueco, y no
dejas de preguntar;
y yo no estoy a tu lado.
Acércate a mi sonrisa,
que rompe tu soledad,
te lleve mi olor la brisa,
cuando te enfrente la mar,
y no tarde mi respuesta,
que tantas veces tú quieras,
quiero yo contestar:
Sí, mi amor, siempre,
siempre es cierto,  en
los mundos del olvido.
            ***
(El)

Si supiera de un 
barco amarrado,
presto a salir 
de algún puerto,
que con destino al
olvido, a embarcar
llamara viajeros,
no llevaría maleta,
ni provisiones de
sustento, tan sólo
surcaría con ellos
mares no navegados,
misterios de mundos
perdidos.
Que la emoción 
me seduce y 
el corazón excita
su pulso;
y tenías razón, que
la brisa del mar me 
trae olores de tu
lejanía, ahora que 
se me va la vida.
No dejen de empujar
los vientos, que llegue
ese mágico momento
de burlar la poesía,
de no contestar al vacío,
de no ser siempre yo el
que pregunta al silencio.
Y todas las noches
sin luna, seré 
marinero vigía,  
buscaré en los cielos 
estrellas fugaces, 
que me lances tú, 
amada mía, y al
indicarme el camino
termine la singladura,
en ese último instante
pueda descansar en
en tu seno, pueda 
decirte al oído:
quiero desaparecer, 
contigo. 
Queden solas las penas, 
que no las llevo al olvido,
náufragas son en las aguas 
de este mundo perverso;
que nuestro amor no
fue eterno, que no lo
quiso el universo, y al
romperse nuestro espejo
pagado queda su precio.
Y noto me pesan los ojos,
que sólo cerrarlos quiero,
sea un íntimo ritual, 
el que nos una al olvido,
quede aquí  mi cuerpo,
y de dolor inundado, lo
diseminen los vientos.
Mas hemos de darnos prisa,
que como un antes pidiera,
has de venir a mi,
sin soltarme la mano,
ahora que sólo un
hilo de vida queda.
¡ Mas allá, entre nieblas,
un barco, lo veo, corre, 
dile que en él vamos, 
que no suelte amarras !
que de él en mi busca
bajaste, dejando una
escala hasta el suelo, 
que a punto de llegar
están, dos enamorados,
sus últimos pasajeros;
y ya que la vida despido,
sea querido el destino,
no zarpe sin nosotros,
el próximo barco al olvido.