domingo, 8 de diciembre de 2013

LA SIRENA

Música para oir en una pestaña nueva / new tab
 https://www.youtube.com/watch?v=DYhgUlGWSZM&feature=youtu.be


Desembarcar quiero, a qué 
navegar, si infinita la pena, 
si todo el camino humedad;
y puede, ya agotado, que los 
que aquí vivan, hagan posible
mi paz; deberme a alguien, 
o a un lugar, que no hay 
tierra que sobre, si alguien
la quiere habitar. 

Es olvido de donde vengo, la
edad que tengo, y lo que dejo atrás;
al azar me entrego, preso en su 
suerte quedo, sin mundo, velas, 
barco ni viento, ya sin tropa que
siga a su capitán, que viene a pisar
tierra un simple marinero, 
de tanto navegar, cicatrices en
las manos, su única credencial.

Presumo mi destino, llegado a
este mundo,  extraño y dorado, 
otro reino del absurdo, que cita a 
una sirena, brillante y serena, con
un tripulante racional, que entiende 
del no puede ser,  de estar jugando
conmigo un final; mas aun, desciendo, 
bajo, y  no importa si varada, 
no puede ser real. 

Me acerco a ella, y no me teme, no
me mira, ni se pierde bajo el mar;
y es entonces, que doblo las rodillas,
lento caigo al pedregal, me seduce la
extraña criatura, hecha de agua, 
tiempo y falsedad, y ante sus ojos
de hielo, me quiero enfrentar;  no
me atrevo a tocarla, no sea de cristal,
sólo buscar dentro; mas, si no desvía la
mirada, nada le puedo escrutar.  

Y qué decir, qué preguntar al 
asombro:
¿Si puede hablar, si acaso somos
más, y dónde están, o de por qué
si me sabe humano, me recibe, 
y no se va?

La razón me proscribe, y tal vez
al ser lo primario posible,  te
hice en soledad; y es éste, 
un sueño permitido, eterno,
a eso a este puerto he venido, 
que quiero alejar mis restos, 
que nadie los pueda encontrar,
y al parar de razonar, de pensar
siempre el universo,  sea posible
el misterio; y dejándote tocar, 
sentir el desconcierto de
saberte humana y animal,
pedir llegada mi hora, 
sin contarte la verdad;
así quedar yo a salvo,
y tú volver a la mar.