http://www.youtube.com/watch?v=BA_tkSWrchI
Salen a mi los días,
me cubren sus cielos,
sin rumbo paseo,
que soy un humano,
y no sé qué hago.
Me llevan los vientos,
me vuelan los pájaros,
si llueven las nubes, el
agua y mis pies se
citan en charcos.
Que hoy es pronto,
que reina la luz,
me sobra alegría,
que no es ésta negativa,
como otra de mi poesía,
que una lágrima suelta
sólo al final porfía.
Cese la prisa entonces,
merece la pena esperar,
sea fácil ir a dar,
con tan distintos seres,
tantas otras vidas,
todo ahí fuera está.
Y hay unas esencias,
unas presencias,
de las que no sé,
y destilan fragancias,
que el aire mi amigo
empapa y las trae,
que aromas me llegan;
de verdes camperas,
de urbanas praderas.
Tengo que dar el aviso,
y todos deben saberlo,
que aparecen en hileras,
se va ya la primavera,
con todos sus tilos en flor.
Que es una fiesta,
que estando tan quietos,
y no siendo inertes,
en su camino se cruzan
con anónimas gentes,
y de su grato perfume
sale una muda voz,
que de su vida repleta
nos viene a dar cuenta.
Que con ellos intimo,
y puedo hablarles,
puedo verles sin mirarles,
que cerrando los ojos y
aspirando su letra,
sé de sus quebrantos y
cotidianos quehaceres;
sea larga la charla y
el contraste de pareceres,
y pueda que coincidamos
en sueños y quimeras.
Y fueron los tilos antes
que humano alguno naciera;
del mundo todo lo saben,
un mismo viaje comparten,
sabios consejos nos dejan,
los quiero siempre a mi lado,
tenerlos entre mis amigos,
sus llantos sean los míos,
mis manos puedan tocarlos;
mi sangre riegue su savia
para que nunca tengan
quejumbrosas ramas;
y si algún día los perdiera,
o ellos a mí lo hicieran,
su amor no olvide mi paso,
su olor diluya mi pena.
