Música para oír en una pestaña nueva / new tab
https://www.youtube.com/watch?v=-QgMD2fHxZI&feature=youtu.be&t=62
Que no tengo nombre,
que nadie me llame,
que no tengo hambre,
dejad que repose.
La bruma resguarde,
sea al fin la música
sosiego que empape,
flotar de dormidos,
nubes de párpados
caídos, sueño que
pese, relaje.
La lluvia y la nieve,
cálidas resbalen,
y el sol que anochece,
de mi no separe;
la plenitud se asiente;
estar solo, no echar
en falta nada,
ni a nadie.
Que no tengo miedo,
soy esta vez
ausente viviendo,
encuentro consuelo,
a salvo me siento.
Y ya sólo oigo,
que más no quiero,
dure lo que dure
la música, nada
disuelva lo efímero,
despierte al silencio,
acabe lo eterno.
Poesía improvisada para aquellos que citados al presente nos hemos ido encontrando. Crónica espontánea de un experimento cruel y fallido llamado vida. ___________________________________________________________ (Ctrl+botón izdo. o derecho y menú) en URL música: oir en pestaña nueva / new tab
sábado, 10 de septiembre de 2016
EL HUERTO
Música para oir en una pestaña nueva/new tab
https://www.youtube.com/watch?v=unU8SdLtd3E&feature=youtu.be&t=2
De aquel hombre rústico,
tan viejo como curtido,
de pensión corta,
equipaje escueto,
que ya está listo:
Le avisan su boina,
cigarro y pulmón herido.
Será despedir una vida,
ir dejando los pueblos,
recogiendo, olvidando
la línea que quiebra,
los verdes y azules
de cielos y campos;
mas fui ocasional vecino,
y fue él ir a lo suyo;
nunca podrá saberlo,
nunca podré decirlo.
Desde mi ventana, lo veía,
a lo lejos, lo seguía,
encorvado él, ejercía yo de
eventual vigía; y no había
mañana, del día a día,
que no saliera de casa,
soledad y silencio,
y a dos pasos de su vida,
su huerto.
Y del ocio, obligaciones
nacían, de esas que con edad,
fijan la vista al suelo,
que monótonos recorridos,
llevan a repasar lo sembrado,
liberar de malas hierbas,
lo plantado, como si
quedara pendiente,
nunca se diese nada,
por terminado.
Y es caminar, recordar,
trabajos, alegrías y duelos,
los de antes, que no se olvida,
ser joven, era vivir otra vida;
y tal vez seguir haciendo,
sea seguir siendo, y así se
despiste la vida, se pueda
mermado, seguir viviendo;
y ofreciendo, los frutos del
huerto sean consciencia,
hijos suyos y de la tierra,
que se dan a propios y
extraños, si se acercan.
Pero hace más de un tiempo,
hubo una última vez,
es ahora que vuelvo que
descansa su huerto yermo,
muerto, tal vez también él;
no lo sé, si no era su tiempo,
acaso se fue él.
Pero algún día, ya sin
nada que ofrecer,
sin propios, ni nadie que
atender, quedaremos
dos solos; uno yo,
esperando, otro,
el paso de sus brazos,
por un huerto,
que esté por florecer.
jueves, 21 de julio de 2016
TIEMPO
Música para oir en una pestaña nueva / new tab
https://www.youtube.com/watch?v=cDSbApXeyTg&feature=youtu.be&t=118
Si acaso llama a mi puerta,
dejadle pasar, es compañero,
amigo de compromiso,
tal vez, después de todos
los viajes, rechazos, intentos,
después de todo, quiera
reunirse conmigo,
dedicarme unos de sus
momentos, infinitos,
y venga a contarme cosas,
que yo nunca habría sabido;
y no quiero que se vaya,
y así, de pie, enfrentados,
nos reconozcamos, sonriamos,
poder echarle la culpa de algo.
Mas nadie en la puerta, del
otro lado; y otro día se dará,
que hablemos; sigo esperando,
espere por mi también,
y no vuelva, el tiempo.
"El tiempo soy, que voy y vengo,
y todo son preguntas, sobre lo
que soy, sobre lo que quiero,
preguntas que me hacéis,
que al final acepto:
Mas no me veis, no hablo,
no me oís, que tampoco mando;
ni soy el todo, aunque parezca
que estoy con todos, mas no paso,
no pasa el tiempo, que pasan otros.
Que son agujas y cuerdas de reloj,
las que me obligan; si inexorable
me sentís, no soy yo el que impongo,
de nada me arrepiento, por nada
responsable me siento; si queréis
culpables, buscad al movimiento.
La mutación es el cambio que
nombra al tiempo, de lo más minúsculo
a lo más grande, que algo mute,
entre en movimiento;
que un universo inmutable sería un
universo sin tiempo; y cuando algo
despierta, algo se mueve, muta,
vibra, se transforma, es computable,
decís que yo aparezco, que a mí
está sometido, que incluso
soy anterior a ello.
Mas no hay referencia absoluta alguna
con la que temporizar sucesos.
Por eso me perdonéis,
no me condenéis,
que sin existir, os siento,
y no querría que por vosotros,
siguiera pasando, inevitable,
aquello que nos deshace,
nos equivoca, nos envejece,
aquello que llamáis tiempo."
https://www.youtube.com/watch?v=cDSbApXeyTg&feature=youtu.be&t=118
Si acaso llama a mi puerta,
dejadle pasar, es compañero,
amigo de compromiso,
tal vez, después de todos
los viajes, rechazos, intentos,
después de todo, quiera
reunirse conmigo,
dedicarme unos de sus
momentos, infinitos,
y venga a contarme cosas,
que yo nunca habría sabido;
y no quiero que se vaya,
y así, de pie, enfrentados,
nos reconozcamos, sonriamos,
poder echarle la culpa de algo.
Mas nadie en la puerta, del
otro lado; y otro día se dará,
que hablemos; sigo esperando,
espere por mi también,
y no vuelva, el tiempo.
"El tiempo soy, que voy y vengo,
y todo son preguntas, sobre lo
que soy, sobre lo que quiero,
preguntas que me hacéis,
que al final acepto:
Mas no me veis, no hablo,
no me oís, que tampoco mando;
ni soy el todo, aunque parezca
que estoy con todos, mas no paso,
no pasa el tiempo, que pasan otros.
Que son agujas y cuerdas de reloj,
las que me obligan; si inexorable
me sentís, no soy yo el que impongo,
de nada me arrepiento, por nada
responsable me siento; si queréis
culpables, buscad al movimiento.
La mutación es el cambio que
nombra al tiempo, de lo más minúsculo
a lo más grande, que algo mute,
entre en movimiento;
que un universo inmutable sería un
universo sin tiempo; y cuando algo
despierta, algo se mueve, muta,
vibra, se transforma, es computable,
decís que yo aparezco, que a mí
está sometido, que incluso
soy anterior a ello.
Mas no hay referencia absoluta alguna
con la que temporizar sucesos.
Por eso me perdonéis,
no me condenéis,
que sin existir, os siento,
y no querría que por vosotros,
siguiera pasando, inevitable,
aquello que nos deshace,
nos equivoca, nos envejece,
aquello que llamáis tiempo."

lunes, 2 de mayo de 2016
VIDA EXTRATERRESTRE
Música para oir en una pestaña nueva /new tab
https://www.youtube.com/watch?v=Qrshx8BUDjk&feature=youtu.be&t=110
El programa SETI busca emisiones de radio en el espacio, llamadas de auxilio o posicionales llamadas, emitidas por una civilización extraterrestre, poco civilizada si comete el error de querer contactar con el otro, con nosotros.
Si admitimos que nuestro planeta sea intermedio y por lo tanto similar a tantos otros que se den en el espacio, convendremos que son necesarios unos 4.500 millones de años para que se dé al menos una civilización que, como la nuestra, sea capaz de emitir y recibir ondas de radio, en un parecido camino desde la antigüedad de su Tierra, a cualquier ahora tecnológico que lleve a un buscar sin desánimo, a preguntar ahí afuera.
No sabemos cuántos planetas son tan viejos, en más o en menos, concurrentes o aun existiendo de antes, ni a qué sideral distancia se encuentren, por si pudieran llegarnos señales ahora, tarde, de seres ya muertos. Que la Vía Láctea es nido y es nicho, a 100.000 años luz se ensancha, es universo que ilumina, nos mueve y motiva , en la idea de encontrar posibles civilizaciones, nacidas, perdidas, distintas, parecidas.
Pero el programa SETI comenzó allá por 1970, y han pasado ya 46 años sin que ninguna emisión no natural constatable se haya recibido; silencio absoluto, sólo ruido.
Es el peor de los casos, que nos permite descartar una inviable esfera a 46 años luz alrededor nuestro, sin posibilidad de albergar seres tecnológicos, que quieran comunicar o emitan radiación, lo que sea. En contra, en ese radio, se dan más o menos, tan sólo 1.300 sistemas solares yermos, que callan, no les incumbe, no contestan; o son vacíos que giran sin esperanza, sin esperar compañía.
De un mensaje emitido por "ellos", tardaríamos más de 46 años en recibirlo y otros más de 46 años, en que ellos pudieran saberlo. Es decir, la comunicación sólo sería posible si toneladas de información surcaran el aire, en envíos masivos, en miles de instantes; mas sin espontánea conversación, no habría un "ahora hablo yo, corto, y luego hablas tú".
Ese conocimiento y análisis de probabilidad nos lleva a la precariedad del encuentro; mas la insuperable y deseable distancia no desmotiva, sino que nos lleva alegres a la certeza de que esta nuestra blindada existencia, en realidad, ha sido suerte; y esta vez sí, no llegarán nuevas, ni más, tristezas.

Solos, siempre hemos estado solos, abandonados y a ningún destino...
Que todo es polvo que gira, y de aquello a lo que perteneció, al final se olvida.
https://www.youtube.com/watch?v=Qrshx8BUDjk&feature=youtu.be&t=110
El programa SETI busca emisiones de radio en el espacio, llamadas de auxilio o posicionales llamadas, emitidas por una civilización extraterrestre, poco civilizada si comete el error de querer contactar con el otro, con nosotros.
Si admitimos que nuestro planeta sea intermedio y por lo tanto similar a tantos otros que se den en el espacio, convendremos que son necesarios unos 4.500 millones de años para que se dé al menos una civilización que, como la nuestra, sea capaz de emitir y recibir ondas de radio, en un parecido camino desde la antigüedad de su Tierra, a cualquier ahora tecnológico que lleve a un buscar sin desánimo, a preguntar ahí afuera.
No sabemos cuántos planetas son tan viejos, en más o en menos, concurrentes o aun existiendo de antes, ni a qué sideral distancia se encuentren, por si pudieran llegarnos señales ahora, tarde, de seres ya muertos. Que la Vía Láctea es nido y es nicho, a 100.000 años luz se ensancha, es universo que ilumina, nos mueve y motiva , en la idea de encontrar posibles civilizaciones, nacidas, perdidas, distintas, parecidas.
Pero el programa SETI comenzó allá por 1970, y han pasado ya 46 años sin que ninguna emisión no natural constatable se haya recibido; silencio absoluto, sólo ruido.
Es el peor de los casos, que nos permite descartar una inviable esfera a 46 años luz alrededor nuestro, sin posibilidad de albergar seres tecnológicos, que quieran comunicar o emitan radiación, lo que sea. En contra, en ese radio, se dan más o menos, tan sólo 1.300 sistemas solares yermos, que callan, no les incumbe, no contestan; o son vacíos que giran sin esperanza, sin esperar compañía.
De un mensaje emitido por "ellos", tardaríamos más de 46 años en recibirlo y otros más de 46 años, en que ellos pudieran saberlo. Es decir, la comunicación sólo sería posible si toneladas de información surcaran el aire, en envíos masivos, en miles de instantes; mas sin espontánea conversación, no habría un "ahora hablo yo, corto, y luego hablas tú".
Ese conocimiento y análisis de probabilidad nos lleva a la precariedad del encuentro; mas la insuperable y deseable distancia no desmotiva, sino que nos lleva alegres a la certeza de que esta nuestra blindada existencia, en realidad, ha sido suerte; y esta vez sí, no llegarán nuevas, ni más, tristezas.

Solos, siempre hemos estado solos, abandonados y a ningún destino...
Que todo es polvo que gira, y de aquello a lo que perteneció, al final se olvida.
lunes, 25 de enero de 2016
RECOGIMIENTO
Música para oir en una pestaña nueva / new tab
https://www.youtube.com/watch?v=hXWIF8331as&index=10&list=RDSfe6PymYAW8
Que queda la vida atrás,
y das la espalda a un
mundo, manantial de
desengaños, suspiro
y sueño profundo,
no volver la cara más.
Y al ir subiendo, al ir huyendo,
la ausencia de esperanza, busca
respuesta a una paz;
será por eso que subes lento,
llegas tan alto, te sientas,
te acecha el regreso,
ir a perderse de nuevo.
Sin premio que te espere,
desiste el poco a poco;
por raro que te vistas,
por tiempo que resistas,
son los paisajes momentos,
ajuar de sentimientos,
fríos vientos de cara,
cima que va venciendo,
pena que auxilia tu nada.
Y el pensamiento subsiste,
se aferra; y esa puesta de sol,
con su último rayo de luz, que
tanto esperabas, no calienta tu
cara, y no te habla;
que nada a lo lejos te entiende,
te observa, te siente,
ni quiere tener que ver.
En un hoy igual que tantos,
nuevo adiós, manto de
niebla y humedad,
vano intento, frugal
íntimo recogimiento,
secreto que no deja renacer;
sólo quedar igual que ayer,
que más de lo mismo es,
que tal vez un mañana,
acaso te eleve, y sea ése,
un volver de aquellos que
ayudan, si nieva o llueve;
que nadie lo impida,
que por mi no quede.
Mas yo ya sé, que
nada cuenta el eco,
repite lo que digo,
al hablar con él;
y ya por eso,
nunca subo, hace
mucho que bajé;
mas si no se cansa
la mirada, sube tú,
siéntate, y buscando
una palabra, tal vez
alguna duda que
esconda la memoria,
te anime; y entonces,
preguntes otra vez.
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