https://www.youtube.com/watch?v=brWOsbcmFlw#t=0s
No sé quién soy, ni a lo que vengo,
pero oigo y veo; de lejos los campos
visten de amarillo o hielo,
de trigo que llena horizontes,
de amanecer de animales y gentes,
de parameras de humo y polvo que
los atienden, que hacen hueco diario,
al una y otra vez, del paso incesante
del trillo, de moler el recuerdo perdido,
del susurro que oye el oído, y dice que
así era lo mío, y así eran los míos,
que así era lo antiguo.
Y vienen de lejos los vientos,
nubes de cuando era niño,
que traen olores húmedos,
que traen sabores secos,
que sobran trabajos al día,
a aquel que agota su tiempo,
y cae por el poco a poco mecido,
del todo desliza al olvido.
Son lánguidos cantos de fondo,
recuerdos de algo que vivo,
retumbar de entrañas,
erizar de pelo, son del temblor
los reinos; y es entonces que junto
todo, y transciendo, pienso, me elevo,
me reconozco de un lugar,
sé que le pertenezco, y son
sus gentes perdidas, como mis
ancestros; los quiero, como familia, sin
conocerlos, que incluso ya muertos,
dejaron música, acento, maneras,
y sufrimiento, me hicieron parecido,
por todo les debo, y aunque de algo
reniego, de todo lo demás soy y
provengo; y es lo que más agradezco,
que sigan bajo el sol, eternos, haciendo
que sienta cosas dentro,
que sintieron ellos.

Poesía dedicada a Carmen
(Médico de urgencias que no pudo atender la suya):
(Médico de urgencias que no pudo atender la suya):
Que esta poesía te acompañe y no te deje nunca sola.
Adiós, Carmen, adiós.
Adiós, Carmen, adiós.