https://www.youtube.com/watch?v=9UTVUZ5SD1U
Cae el sol poniente,
es oro que funde,
y en montañas se
oculta, lentamente
desliza; y es su huida
calor que cede, luz
que minimiza, tarde
que escapa y regala
una suave brisa, que
llena, huele, y todo
lo mueve, en miles de
hojas y ramas muere;
y mientras, no hay
tiempo, en un viejo
tronco me siento,
y no hay prisa,
que todo se para,
o se ralentiza.
Y aquí estoy, solo,
entre pinos, es el
paisaje verde silencio,
tan sólo roto por el
correr del agua de
un río, que piedras,
peces, ranas y algas son
vecinos; y yo, que
de mis manos, el
agua, se lleva las
ondas consigo;
mas triste es el destino,
si sólo es seguir,
sin alto en el camino.
Cuál es mi mundo,
tengo éste y un
sentido, los entiendo,
y por eso, no los sigo;
a oponerme he venido,
y cierro los ojos, y alargo
los brazos, mas qué
corto es mi dominio.
Si no soy distinto,
si tan parecido,
si unos tras otros,
se copian, se repiten,
viven, si en el para qué
cada cual, compiten,
yo difiero, niego, en
el aire cuelgo mi deseo,
lo pinto, lo dejo, con la
punta de los dedos llego,
hacia atrás dejo caer mi
cuerpo, veo nubes y cielo,
y sueño; ya el final de cada
mundo, cerca queda de
amigos: Por eso, río que
vas a parar a la mar,
no olvides lo vivido.
