Poesía improvisada para aquellos que citados al presente nos hemos ido encontrando. Crónica espontánea de un experimento cruel y fallido llamado vida. ___________________________________________________________ (Ctrl+botón izdo. o derecho y menú) en URL música: oir en pestaña nueva / new tab
lunes, 30 de enero de 2012
domingo, 29 de enero de 2012
EL FARO
Música para oir en una pestaña nueva
http://www.youtube.com/watch?v=ckR3Ey-09lE#t=0m28s
En un faro, a lo lejos,
en la costa del mundo
anclado, batida por mar
y viento, gira una luz,
que en pertinaz destello,
alumbra retinas de
seres diversos, y sirve o
no de guía, a la lejanía.
Y dentro, me encuentro,
que junto con otros,
lo enciendo y atiendo,
ingenuo a salvo me creo,
con la nariz pegada
a sus ventanas, viendo
a uno y otro lado, que
mis lágrimas y las gotas
de lluvia compiten,
mientras resbalan.
Mas no llega a nadie,
sin barco a la vista, y
eso que las noches son
oscuras y frías, será
ésta otra de tantas que
no necesitan vigía.
Que ya el día nace, y no
sé si mañana volveré, de
noche a encender, mas
soy obstinado, mi exceso
de celo es la vela, que se
llena de vientos helados,
y me lleva, me empuja
a las olas, a subir sus
crestas, sin nunca llegar
a caer, del otro lado.
Pero qué más da que un
faro dé vueltas de más,
no ser marino avezado,
ni tener idea de faros,
que si no quieren lumbres
o soy de luz equivocado,
quizá se conformen con
que estén: un faro, y
el que lo ha de encender.
Tomad mi relevo, que yo
moriré, que lumbre hará
falta, durante mil años,
lo que resista un planeta,
y cuando no haya personas,
animales ni plantas, echad
un último vistazo, que
terminó ya este mal paso,
y si terrible fue su historia,
su pena y su soledad,
enhiesto, en irreverente
desacato, brilla un faro,
sin vientos, ni golpes de mar,
que la eternidad lo mece,
pendiente de apagar.
http://www.youtube.com/watch?v=ckR3Ey-09lE#t=0m28s
En un faro, a lo lejos,
en la costa del mundo
anclado, batida por mar
y viento, gira una luz,
que en pertinaz destello,
alumbra retinas de
seres diversos, y sirve o
no de guía, a la lejanía.
Y dentro, me encuentro,
que junto con otros,
lo enciendo y atiendo,
ingenuo a salvo me creo,
con la nariz pegada
a sus ventanas, viendo
a uno y otro lado, que
mis lágrimas y las gotas
de lluvia compiten,
mientras resbalan.
Mas no llega a nadie,
sin barco a la vista, y
eso que las noches son
oscuras y frías, será
ésta otra de tantas que
no necesitan vigía.
Que ya el día nace, y no
sé si mañana volveré, de
noche a encender, mas
soy obstinado, mi exceso
de celo es la vela, que se
llena de vientos helados,
y me lleva, me empuja
a las olas, a subir sus
crestas, sin nunca llegar
a caer, del otro lado.
Pero qué más da que un
faro dé vueltas de más,
no ser marino avezado,
ni tener idea de faros,
que si no quieren lumbres
o soy de luz equivocado,
quizá se conformen con
que estén: un faro, y
el que lo ha de encender.
Tomad mi relevo, que yo
moriré, que lumbre hará
falta, durante mil años,
lo que resista un planeta,
y cuando no haya personas,
animales ni plantas, echad
un último vistazo, que
terminó ya este mal paso,
y si terrible fue su historia,
su pena y su soledad,
enhiesto, en irreverente
desacato, brilla un faro,
sin vientos, ni golpes de mar,
que la eternidad lo mece,
pendiente de apagar.

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